Seguramente has escuchado hablar de las incubadoras de empresas, esas instituciones que ayudan a formar emprendedores y arrancar sus emprendimientos. Las incubadoras van dirigidas a apoyar proyectos emprendedores en etapas tempranas, a través de una metodología y red de soporte que resulta de mucho valor, sobre todo para emprendedores primerizos.
Los programas de incubación son diferentes unos de otros, pero por lo general cuenta con los siguientes servicios: espacio físico de coworking, asesoría en temer contables, mercadológicos, financieros, legales, estratégicos, operacionales, entre otros; una red de mentores, talleres de capación y apoyo para conseguir financiamiento.
¿Cómo entrar a una incubadora?
Para participar en una incubadora de empresas suele ser necesario aplicar a las convocatorias que publican regularmente y después de pasar por su proceso de selección, se entra al programa junto con un grupo de otros 10 a 20 empresas por generación.
Tipos de incubadoras
Existen dos tipos de incubadoras, las llamadas tecnológicas que van dirigidas principalmente a startups y las incubadoras tradicionales, que se enfocan sobre todo en apoyar a pymes y emprendedores que quieran abrir un negocio tradicional como un restaurante o carnicería.
En relación el costo, una gran parte de ellas son apoyadas por gobiernos, universidades u organizaciones sin fines de lucro. En consecuencia, suelen ser gratuitas para los emprendedores que son aceptadas en ellas o bien, podría cobrar una pequeña cuota de recuperación u obtener una pequeña participación accionaria en la empresa incubada.
Por lo general, no invierten dinero en tu empresa
La mayoría de las incubadoras no suelen invertir directamente recursos económicos en la empresa, pero sí pueden ser de gran valor para conectarse con otros inversionistas. La mayoría de los programas son temporales, con una duración entre 3 a 6 meses, con algunos de ellos llegando a ser de 12 meses o más.